Caja de Pandora de una Mamá

"En Portovelo como en tantos rincones del mundo, para hacer la vida menos insoportable hay que estar debidamente embriagado, razonablemente desquiciado o perdidamente enamorado."   Cristóbal Zapata Trabajadores de la mina SADCO Orgullosa y desafiante se levanta Zaruma, coronando uno de los   cerros de la cordillera Vizcaya al sur del Ecuador, cuenta la historia que su encanto se debe a su linaje castellano y la infraestructura heredada por los mineros norteamericanos que vinieron en 1896 con el sueño de encontrar oro. Antiguo pique americano de SADCO Y sí que lo encontraron, se calcula que empresa SADCO ( Southern American Development Comapany)   se llevó más de 3,5 millones de onzas de oro , lo que en la actualidad representaría más de 4 millones de dólares en menos de 54 años de trabajo. La gran veta de oro, que cautivó a los extranjeros, se ubicó a los pies de Zaruma, en un valle de plebeyos, serpenteado por las espurias aguas del río amarillo, a

Martha Salazar Mendoza - Nambija Los rayos del sol se esconde detrás de la gigantesca montaña donde se cree aún existe mucho oro, Nambija se llama el lugar, que extrañamente en idioma shuar significa “huerta de maní silvestre”, un nombre que nada   tiene que ver con su histórico potencial aurífero. Hasta allí llegó Martha Salazar Mendoza, hace 35 años, cuando todos comentaban en la región que Nambija era la tierra prometida, la cuna de la riqueza, el Jerusalem del Ecuador. Y no se equivocaron, pues dentro del gigantesco cerro, se escondía un incalculable tesoro, que desde el siglo XVI se había comenzado a explotar. Mientras conversa con nosotros, Martha recuerda que la montaña poco a poco se fue convirtiendo en un gran queso, el verde manto que cobijaba a Nambija había sido reemplazado por una gruesa cobija parchada, sin color y sin vida, con aguajeros, canalones, escombreras y relaveras. “Vine a Nambija, decían que había oro, encontré por ahí, pero no hice nada, porqu